Cuando Lola Sanjuan tenía 11 años se fue de su pueblo natal en Aragón a casa de su tía, en Bilbao, porque tenía problemas respiratorios y los médicos les recomendaron que pasara una temporada cerca del mar. Estando allí estalló la Guerra Civil y Lola no pudo regresar con su familia. Nunca volvió a ver a su padre ni a uno de sus hermanos, que fueron fusilados, y tardó tres años en reencontrarse con su madre, Benita. En ese período Lola estuvo refugiada en Camprodon, cruzó los Pirineos varias veces y escribió infinidad de cartas a su madre. Aunque sabía que las cartas nunca llegaban, Benita también le escribía continuamente.
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