Juana tuvo que remover cielo y tierra dentro y fuera de nuestras fronteras para encontrar a sus tres hijos, disgregados por el conflicto bélico que azotó este país entre 1936 y 1939.
Vicenta tuvo que sacar adelante también a sus tres hijos en el Madrid asediado por el ejército golpista vendiendo flores de papel de forma ilegal. Son, respectivamente, la primera y la última de las protagonistas de Nietas de la memoria (Bala Perdida, 2020).